Mujer con mascara feliz. La felicidad es un timo.

La felicidad es un timo

La felicidad es un timo. Estamos siempre hablando de ella, persiguiéndola, buscándola, pero no existe. Es una quimera, una fábula, una ilusión de la mente. Y sin embargo, allá vamos, corriendo tras ella, porque si no lo hacemos, parece que estamos fuera del sistema. El mismo que nos oprime en nuestros trabajos y obligaciones, el mismo que nos invita a hacer las cosas, y a hacerlas ya, ahora, porque la vida es corta y las oportunidades pasan una sola vez. Una gran mentira que compramos, como compramos tantas otras cosas del sistema sin chistar, sin darnos cuenta, sin decir ni mú.

¿Qué es la felicidad?

Los diccionarios dicen que es un estado de ánimo, que te hace sentir plenamente satisfecha, porque estás gozando de lo que deseas o deseaste, disfrutando de algo bueno. Todas estas palabras me recuerdan a mi blog Disfrutar la vida hoy, creado hace años por la misma obsesión que hoy estoy exponiendo: la obligación de disfrutar, de ser feliz, y de hacerlo hoy y ahora.
¿No se habrá convertido en una obligación? Digo, el ser feliz, el buscar constantemente la felicidad y en contraposición, no permitirnos estar tristes o enfadados. No permitirnos ser. Tal cual, sin la presión de tener que estar bien todo el tiempo, sonrientes y alegres para encajar en la sociedad, para parecernos a quienes desde Instagram nos dicen que “Hoy es un gran día para sonreír”. Sí, tienen razón, lo es, pero también puede ser un día de porquería, porque me levanté cruzada, porque dormí mal o porque no pude ir bien al baño.

Lo bueno de tener un mal día

Es el nombre de un libro que empecé a leer hace más de un año, cuando acudí a la consulta de mi anterior psicóloga. No me enganchó realmente, pero sí me pareció interesante lo que postula en el prólogo: “las personas que consiguen superar situaciones difíciles no son las que son felices se ponga como se ponga la realidad”. Así como no lo son las que siempre están bien, alegres y sonrientes. Lo que realmente importa es saber gestionar las emociones (todas) y hacer lo que podamos con lo que la vida nos va dando. La psicoterapeuta que escribe el libro, Anabel González, dice que “la clave para sentirnos a gusto con nosotros mismos y con nuestra vida está precisamente en saber llevar bien los días malos”.

¿Qué hacemos con lo que sentimos?

Cualquier día te puede pasar que todo se traba, que las cosas no salen como esperabas o como es de costumbre. Esta mañana, sin ir más lejos, tenía todo planeado para salir a tiempo con los peques hacia la escuela. Todo calculado al milímetro y con un par de minutos de sobra. Sin embargo, cuando fui a salir me di cuenta que las mochilas no estaban preparadas. No me lleva mucho tiempo ponerle la merienda a uno y el babero al otro pero ya se me desmadraron y tardé luego en ponerles los abrigos y gorros. Así que llegamos abajo a la hora que abren la puerta del cole del mayor y a él le gusta estar ahí ya cuando eso pasa porque quiere entrar primero, así que salió corriendo y se cayó. Se ensució sus zapatillas nuevas que pensaba estrenar en atletismo y se le cayó una golosina que iba comiendo de camino, que se había guardado para ese momento. Frustración máxima en su cara: rompió en llanto. Quiso volver a subir, a limpiar las zapatillas y a por una nueva golosina. Subimos (no sé si hice bien realmente) y al volver a bajar, llegamos al cole cuando la puerta estaba ya cerrada. Es lo peor que le puede pasar a un niño que le gusta entrar el primero y que aún está aprendiendo a manejar la frustración. Si hasta yo me puse triste por él aunque viera cómo le abrían la puerta y lo acompañaban al edificio. Y he de decir que podría haberme pasado toda la mañana entre triste y enfadada porque lo que pintaba un camino idílico al cole, acabó en carreras y llantos. Pero, no fue así. ¿Qué pasó?
Obsesionados con estar felices y sonrientes todo el tiempo y con que todo salga bien, muchas veces no nos damos el espacio para estar mal, aunque sea por una nimiedad, por algo tan pequeño como que se nos han ensuciado las zapatillas nuevas o que hemos llegado tarde a un lugar. Lo que hice al llegar a casa es reconocer que me había enfadado, y luego frustrado, no sonreí ni me esforcé por cambiar mi estado emocional sino que me puse a hacer yoga y al terminar la práctica, sentí ganas de escribir.
“Si no reconocemos que estamos mal, si nos imponemos ser fuertes y no nos damos tregua, si nos culpamos o avergonzamos por estar mal, si no pedimos ayuda ni aceptamos la que nos ofrecen y si no hacemos lo que nos hace bien, sino lo que más nos perjudica, el malestar se hará más intenso y durará mucho más tiempo” escribe la psicoterapeuta.

La vida no es siempre maravillosa

Puede ser que haya exagerado un poco con lo de que la felicidad es un timo, pero lo que quiero decir es que la vida no es siempre maravillosa (color de rosas, como se suele decir). La vida es la vida, sin más, con sus momentos lindos y feos, con sus etapas divertidas y sus períodos aburridos, con situaciones que nos desbordan y con otras que nos alegran y entusiasman. Claro que habrá momentos de felicidad, de disfrute, de gozo. A veces serán buscados y conseguidos, y otras veces ocurrirán sin más, sin planificarlos. Y otras veces, las cosas no saldrán como deseamos y nos pondremos tristes o nos enfadaremos, y está bien que sea así. Sería enfermizo si estuviéramos siempre bien, siempre contentos, siempre felices. “Tú siempre estás alegre”, me solían decir en la época de la Universidad. Y yo sonreía orgullosa. Con el tiempo (y con terapia) me fui dando cuenta que las cosas no son así, no tengo porque estar siempre alegre, porque es imposible que todo me parezca maravilloso, porque en la vida pasan cosas que nos pondrán tristes o enfadados. Y está bien enfadarse y decir lo que sentimos. Y está bien estar tristes y llorar. Llorar es sano.

El peligro de la psicología positiva

El pensamiento positivo que se viene transmitiendo desde hace algunos años, con el surgimiento de la psicología positiva, ha hecho mucho daño. Yo misma he sido “víctima” de su propaganda bienintencionada. Amaba las frases de las tazas y agendas de la famosa marca que no mencionaré pero que seguro conocerán cuando lean “Si puedes soñarlo, puedes hacerlo” o “Hoy nada puede salir mal”. Ahora las veo y me molestan.
Todas esas frases repetidas por amigas tan wonderfulescas como era yo entonces, me creaban una hiperexigencia conmigo misma, una necesidad de perfeccionismo y de control que me superó.
¿De verdad está todo está en tu mente? ¿De verdad si me esfuerzo no habrá sueño que se me resista? (ya hablé de este tema en el anterior artículo) ¿De verdad tengo que dejar de dar vueltas a las cosas y simplemente sonreír? No, son solo frases. O mejor dicho, no son solo frases, porque pueden hacer mucho daño si las tomamos al pie de la letra, si nos exigimos en ser las mejores y nos comparamos con el otro, con la otra, y nos damos cuenta que no, no lo conseguimos, y entonces pensamos “no me esforcé lo suficiente” y llega la culpa. La bendita culpa. De eso las madres sabemos un rato (y los padres también). La culpa por no saber dibujarnos esa vida maravillosa de la que todos hablan y entonces caemos en la frase que inicia todo esto: “la felicidad es un timo”.

¿Y entonces qué?

Había pensado cómo terminar este artículo sobre la felicidad pero al escribir el título, se me ocurrió una idea: que lo terminaran ustedes, las poquitas personas que me leen y que me van conociendo a través de este espacio. Si la idea de felicidad que hemos comprado es un timo, si nos hemos dado cuenta de que la vida no es tan maravillosa como pensábamos o si aquello que tanto deseábamos se nos ha vuelto en contra, requiere sacrificio o se nos hace pesado ¿qué podemos hacer?

8 comentarios en “La felicidad es un timo”

  1. Un gran timo que, hasta que empiezas a entenderlo, genera mucha frustración. Los momentos de felicidad son bastante fugaces y habitualmente muy muy sencillos, por lo que creo que hay que identificarlos rápido y disfrutarlos pero no perseguirlos. Y como terapia de andar por casa, expresar sin pudor que un día de mierda es un día de mierda y maldecir dejando que te lleven los demonios durante el tiempo que una considere necesario. ¡a maldecir un rato!

  2. Leo del sur. De Mar del Plata.

    Creo que finalmente la felicidad se volvió un timo publicitario. Partiendo del hecho que «ser» feliz pareciera una caracteristica de nacimiento ajena a todo contexto, y es falso, y es frustante para quien lo busca de esa forma y nunca lo va a lograr. Me gusta mas el «estar» feliz que te situa en una realidad presente, y se sabe q eso puede cambiar rapidamente porque es un estado.
    Las frases positivistas de mierda, que tema.. eso si que es un timo. Un cartel no me va a decir como vivir, y menos sentir, sonrió si se me cantan los cojones, no sabeis si estoy en un velorio o robando para comer pero esa taza me dice q sea feliz q lo demás no importa. Son mensajes pensados por la clase alta para engañar. Y lo peor que nadie los cumple, pero si los predican.
    Concluyendo, creo q la felicidad es un timo, al menos como la cultura (dominante capitalista) armó el concepto como algo perfecto, estanco y frágil. Existe si, en esos pequeños estados, momentos o situaciones, de las cuales hay q tratar de hacer consiente el hecho de que estamos felices.

    1. Gracias por tu comentario. Me gusta la idea de «estar» feliz. No como una aspiración a alcanzar constantemente sino como una vivencia, una experiencia grata en un determinado momento, buscado o no. Podemos hacer cosas que nos gusten y entonces fomentaremos más instantes de alegría o felicidad pero también respetando esos días en que las cosas no salen bien o épocas en las que ocurren sucesos que nos ponen tristes. Son estados válidos todos y sanos. Un abrazo

  3. Sabés que estoy de acuerdo con lo que escribiste porque para mi la felicidad son momentos , tenemos derecho de pasar por todos los estados emocionales que tengamos y aprender a gestionarlos . La vida es aprendizaje , tener altos y bajos emocionales y evolución hasta el fin de nuestros días …

    1. Aprendizaje constante. Y qué sano darse cuenta y aceptar que esto es así, que la felicidad como estado permanente es una mentira. Y dejar de aspirar a eso, con la consecuencia clara de quitarse esa presión. Al final, es parte del crecimiento, parte de madurar.

  4. Hace algunos años cuando vi el excelente documental «Planeta Tierra II» vi algo que me marcó. Una pequeñas iguanas marinas, al romper de sus huevos, tienen que correr por la playa escapándose de serpientes que intentan cazarlas. Bienvenidas al mundo iguanitas!

    Los humanos lo tenemos fácil. Nacemos con mil cuidados: estudios cuando aún somos fetos, médicos al nacer y durante toda nuestra vida. La mayoría tenemos comida y bebida prácticamente asegurad. Tenemos un hogar caliente, cariño, educación y en los países desarrollados sanidad, seguro de desempleo, etc. En resumen, lo tenemos mucho más fácil que la mayoría de animales y así todo no somos mucho más «felices». Nadie nos caza y tenemos nuestras necesidades básicas cubiertas. Porqué a veces somo «infelices» o simplemente «no-felices»?

    Estoy leyendo un libro llamado «De animales a Dioses» de Yuval Noah Harari, que argumenta que nuestro progreso no ha sido en busca de la felicidad o el bienestar, si no más bien ha seguido las reglas evolutivas: Ha favorecido nuestra multiplicación como especie.
    En los últimos 4000 años o así hemos trepado a la cima de la cadena alimenticia de un modo tan rápido que no nos hemos adaptado biológicamente. Genéticamente estamos programados para ser presas, no predadores. Nos preocupamos por todo por instinto y dedicamos gran parte del tiempo a garantizar nuestro alimento y un hogar seguro, como la mayoría de especies que son presas.
    Esto no quiere decir que tengamos que vivir con miedo y estresados. Se puede ser feliz bastante a menudo, pero no todo el tiempo como pretende la psicología positiva. Ningún animal vive «feliz» todo el tiempo y nosotros no somos la excepción. Incluso los grandes predadores, que son lo que tienen menos preocupaciones, a veces pasan hambre, sed o son atacados.

    La felicidad es un estado temporal. Si buscas algo más a largo plazo puedes buscar el bienestar, que es algo más balanceado. Pero lo balanceado no vende, los extremos venden.

    No creo que la felicidad en si sea un timo. El timo es «la fórmula de la felicidad»… y además es un gran mercado.

    1. Muy interesante tu aportación, Fer. Y el libro que estás leyendo tiene buena pinta. En Psicología Social vimos algo sobre el tema de la evolución, aunque no con esta forma de vernos como presas. Explica muchas cosas.

      Lo de la felicidad como estado temporal es algo que plantea también Leo en su comentario. Coincido con ustedes. Creo que nos han vendido una idea o fórmula para la felicidad constante y eso es lo falso.

      Gracias por tu mensaje

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *