Hace unos años que el Mindfulness llegó con este término a nuestras vidas, pero la realidad es que existe como tal desde tiempos remotos. Algunas personas hablan de filosofía de vida, otras de atención plena y otras lo utilizan indistintamente para hacer mención a la meditación. Lo que está claro es que a muchas nos ayuda a llevar una vida más consciente, tranquila y feliz.
Pero ¿qué es Mindfulness?
El Mindfulness es una forma de vivir con consciencia y atención plena. Es la capacidad humana de recordarnos que estamos en el presente y existimos en él.
Incluye técnicas de meditación activa y pasiva que nos permiten centrarnos en este momento presente evitando perder el foco en distracciones internas o externas. Sin embargo, meditar no es exactamente lo mismo que practicar mindfulness.
El término meditar hace referencia a pensar atenta y detenidamente sobre algo o incluso puede relacionarse a una oración o diálogo interno. Cuando meditamos, ponemos en práctica el pensamiento pero no necesariamente en lo que ocurre en ese preciso momento. Podríamos así meditar sobre una situación que ha ocurrido o que tendrá lugar en el futuro, lo que equivale más a una reflexión que al mindfulness como tal.
Aún así, sí podemos decir que el Mindfulness incluye un conjunto de prácticas o ejercicios mentales que nos ayudan a prestar atención al momento presente. De hecho, así describe el término la AEMIND (Asociación Española de Mindfulness y Compasión). Y agrega: sin juzgar y con una actitud bondadosa o amorosa hacia el objeto que se contempla.
En definitiva, Mindfulness es la capacidad de prestar atención al momento presente, gestionando adecuadamente la tendencia de nuestra mente a divagar sobre el pasado o el futuro.
¿De dónde viene el término Mindfulness?
Es una traducción al inglés de la palabra “sati” en pali, un idioma vernacular similar al sánscrito, que se hablaba en la época de Buda hace 2500 años. La palabra “sati” proviene del verbo “sarati” que significa rememorar o recordar, y representa la consciencia plena de nuestros pensamientos, acciones y motivaciones.
El término “sati” hace referencia a la claridad de la mente y es uno de los 7 pasos o factores para alcanzar la iluminación, y la liberación, según las enseñanzas de Buda.
¿Cuáles son las ventajas del Mindfulness?
La práctica del Mindfulness tiene como objetivo mejorar tu calidad de vida en aspectos concretos como la reducción del estrés o la ansiedad. Por eso sus técnicas se utilizan hoy en día en sesiones de coaching de vida, en consultas de psicoterapia y de otro tipo de terapias. Esto es así porque los beneficios del Mindfulness son muchos y están relacionados con nuestra salud física y mental. Veamos algunos de ellos:
Ayuda a reducir el estrés y mantener la calma
Si llevas un estilo de vida ajetreado, muy común en el mundo occidental, el Mindfulness te permitirá encontrar el equilibrio y reducir los niveles de cortisol, evitando que te estreses. Al poner en práctica las herramientas del Mindfulness en tu vida diaria, te sentirás con mayor calma y serenidad.
Te ayuda a dormir mejor
Al regular tus comportamientos y pensamientos durante el día para prestar atención plena a cada instante, al llegar a la noche, tu cerebro se encuentra en calma. De hecho, si practicas la respiración consciente y la meditación propia del mindfulness al meterte a la cama, notarás cómo te cuesta menos dormirte. A mí es lo que mejor resultado me ha dado contra el insomnio.
Mejora tu concentración
Al poder dirigir nuestros pensamientos hacia lo que deseamos, mejoramos nuestra capacidad de concentración. El psiquiatra Dan Siegel sugiere una práctica para mejorar esta capacidad que consiste en poner nuestra atención en la pared a nuestra espalda, luego a la que tenemos enfrente y por último al centro, y dentro de ti. Prueba a hacer este ejercicio y toma consciencia de tu capacidad de elección sobre dónde poner tu atención y concentración. La próxima vez que vayas a estudiar, a leer o a realizar cualquier tarea para tu trabajo o en casa, piensa en esto y practica tu atención plena.
Mejora tu gestión emocional
Puede que ya conozcas cuáles son tus emociones, cómo te ayudan y cómo canalizarlas de una mejor manera, pero no todo el mundo lo tiene tan claro. A veces nos dejamos llevar por las emociones y nos bloquean. Aprender a gestionar las emociones es otro capítulo aparte, pero las técnicas del mindfulness y la meditación nos pueden ayudar. Al traer claridad a nuestra mente, seremos capaces de hacer una gestión más sana de nuestras emociones experimentadas a lo largo del día.
Mejora tus relaciones personales
Al ser capaz de desarrollar una comunicación más atenta y consciente, verás cómo tus relaciones personales mejoran. Prueba a poner en práctica la escucha activa, sin prejuicios ni divagaciones de la mente, en tu próxima comunicación con un ser querido, y comenta debajo cómo te ha ido. Está comprobado que el Mindfulness mejora las relaciones entre las personas porque se basa en la compasión, la aceptación y la ausencia de prejuicios. Así lo confirma Barnes, investigador de la Universidad de Rochester. En sus estudios demostró que la atención plena predice respuestas de estrés emocional más bajas y un cambio positivo en la percepción de la relación, tras un conflicto.
Por si todo esto fuera poco, algunas investigaciones también lo relacionan a un aumento de la creatividad y a mejoras sorprendentes en la capacidad de recordar, es decir, en la memoria.
¿Cómo practicar Mindfulness?
La realidad es que se puede practicar Mindfulness todo el día, porque se trata de vivir tu vida con atención plena. Desde el momento de despertarte o durante la comida, hasta en una conversación con colegas en el trabajo, puedes utilizar tu capacidad de atención plena. Lo que sucede es que hasta llegar a ese punto, haz de pasar por prácticas de meditación más sencillas y organizadas en tiempo y espacio.
Empieza por buscar un momento del día en el que puedas estar tranquila, en un espacio relajado, con la menor cantidad de ruidos o distracciones posibles. Ya podrás practicar Mindulness en medio de la oficina, pero por lo pronto, comienza con objetivos sencillos y realistas. Ponte ropa cómoda y encuentra tu postura ideal (no hace falta que sea en la posición de loto si eso te genera dolor en las rodillas por ejemplo). Lo importante es que tu respiración no se vea interrumpida así que intenta que la espalda esté erguida.
Una vez que has encontrado el momento adecuado, el espacio tranquilo, la ropa cómoda y la postura ideal, céntrate en tu respiración. Pon el foco en cómo entra y sale el aire por tu nariz. No intentes poner la mente en blanco o pensar en algo concreto. Simplemente piensa en el salir y entrar del aire por tu nariz.
Es normal que aparezcan pensamientos. Evita juzgarte o analizarlos. Simplemente toma consciencia de ellos, déjalos ir y vuelve a centrarte en tu respiración.
Este tipo de ejercicios de meditación te permitirán adentrarte en el mundo del Mindfulness y los beneficios de la atención plena. Y si estás preparada para profundizar en el tema, apúntate a un Taller de Mindfulness Online o Presencial y estaré encantada de acompañarte en este proceso.
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