Quiero cumplir mi gran sueño

Quiero cumplir mi gran sueño: 5 claves para conseguirlo

Hace poco cumplí un gran sueño que tenía desde que era chica: publicar mi primer libro. Y no es que automáticamente me haya convertido en escritora (o sí) o que vaya a vivir de escribir, pero me da esperanzas. Tampoco es que dije ‘quiero cumplir mi gran sueño’, se lo pedí al Universo y se me dio. No, así no funciona la vida. Ni siquiera es tan fácil como desear algo y ponerse a trabajar para conseguirlo. Va mucho más allá del Universo, de las energías, de la voluntad y la mar en coche.

Para empezar, me gustaría aclarar que no tengo nada en contra de las personas que piden las cosas a Dios o al Universo. Yo también lo he hecho en algún momento y no descarto que exista una especie de fuerza superior que tiene algún tipo de poder sobre estas cosas. Ni niego ni confirmo, digamos. Lo que sí tengo claro es que, por un lado, nada sucede por arte de magia, y por otro, no siempre es una cuestión de voluntad.

Quiero cumplir mi sueño y si lo pido fuerte se me va a dar 

Voy a desarrollar un poco más esas dos ideas. La primera, tiene que ver con lo que decía antes de pedirlo a Dios o al Universo: “Quiero cumplir mi gran sueño” y sé que se me va a dar porque me lo merezco. Bueno, sí, posiblemente te lo merezcas, pero si no mueves un dedo, no va a ocurrir nada. Y no digo que haya gente a la que sí que le pasen estas cosas. De hecho, tengo una amiga que siempre tuvo la certeza de que si necesitaba un monto específico de dinero, era cuestión de mirar al suelo y encontrarlo. Yo misma presencié esa magia (o casualidad o como lo queramos llamar) cuando éramos adolescentes. Se encontró 5 pesos que era justo el importe que le faltaba a un amigo para comprar un CD (sí, soy mayor de treinta). La cuestión es que no puedo explicar cómo ocurría esto pero no creo que en la vida podamos esperar que nos pase a menudo. 

La segunda idea tiene que ver con las ganas de conseguir ese gran sueño, con quererlo de verdad. Es esa idea de “querer es poder” que yo creí, defendí y difundí durante varios años hasta que la vida me dio un zasca en todos los dientes. A ver, es cierto que si una persona parte del hecho de que lo que desea es imposible, lo será. Esa persona ya condenó su propio deseo a no cumplirse. Ahora bien, si por el contrario, una persona tiene una actitud optimista y motivada hacia su deseo o sueño, es más probable que pueda ponerse en marcha, hacer algo para conseguirlo. Aún así, la actitud no es suficiente. Antes solía pensar que la actitud lo era todo. Es una cuestión de actitud, decía siempre mi hermano, y yo lo asociaba también a la fuerza de voluntad. Si hay actitud positiva y voluntad de hacer algo, lo haré y entonces lo conseguiré. Ahí es donde me equivocaba. Creía que la voluntad era algo que me pertenecía plenamente y que bastaba para todo.

¿Qué es la voluntad y por qué no basta para cumplir mi sueño?

La  voluntad es la capacidad que tenemos los seres humanos para decidir con libertad lo que deseamos y lo que no. Visto así, podríamos decir que alguien que dice “Quiero cumplir mi gran sueño y es este” ya ha tomado la decisión de lo que desea. Desea cumplir su sueño. Pero eso no basta.

Cuando yo decidí libremente que quería publicar mi libro, es decir, cumplir mi gran sueño, me puse a recopilar algunos textos ya escritos, a moldearlos y a crear otros nuevos. Era el año 2018 y mi libro se publicó este 2022. ¿Qué pasó entre medias? Podría poner excusas (todos lo hacemos) como que no tenía tiempo o que el trabajo o la crianza de los nenes me absorbió, y serían hechos que en cierta manera son ciertos. Sin embargo, no explican del todo por qué no publiqué mi libro hasta abril de 2022. 

La actitud es importante porque te ayuda a responsabilizarte de tu deseo, pero no lo es todo. Hay personas que piensan que con tener una idea, un sueño, y una actitud positiva, el logro es inevitable. Pero cuando ese logro no llega, aparece la frustración y desmantela todo el chiringuito.

Las 5 claves que me ayudaron a cumplir mi gran sueño

En primer lugar, tuve que desmontar de mi cabeza la idea de que no era capaz de escribir y publicar un libro. Aunque parezca una obviedad, no lo es tanto. Puede que yo dijera que me veía capaz de escribir pero había algo dentro de mí que me decía: “¿quién te has creído?”. Me justificaba a mí misma diciéndome cosas como “soy periodista, sé escribir” o “escribo desde hace años, se me da bien” pero no era suficiente para ponerme y que me saliera algo que me gustara. Daba mil vueltas para sentarme y siempre había algo más urgente que hacer, como el trabajo, la casa, o los niños. 

En segundo lugar, no tenía claro qué es lo que quería y para qué. Es como quien dice “mi sueño es tener una casa grande” y cuando le preguntas para qué, no tiene la respuesta. Otra cosa es que necesites una casa más grande porque vas a aumentar la familia y te gustaría que los nuevos integrantes tengan su propio cuarto para jugar, dormir, etc. Eso es tener algo más claro, las cosas. Yo no me había preguntado para qué quería publicar mi libro hasta después de un tiempo de estar medio escribiendo historias. Y esta pregunta fue clave tanto en 2019 cuando retomé la escritura como en 2021 cuando decidí contratar una editora. 

En tercer lugar, me pareció clave pasar a la acción, tanto cuando me puse a escribir la primera vez y la segunda, como cuando contacté a una persona para que me ayude con la revisión de esos textos y su posterior reescritura. De hecho, cuando la contacté no tenía todo listo, había unos cuantos textos escritos pero me faltaban muchos otros. Es más, cuando ella revisó todo a mediados de 2021, me dijo que había mucho por reescribir, que el manuscrito no estaba casi para publicarse. Eso entra en relación con mi ego y mi impaciencia por ver los resultados ya, pero eso es otro tema. La cuestión es que si seguía postergando mi sueño de escribir y publicar un libro, no lo iba a hacer jamás, porque nunca hay un momento ideal. Las excusas no serán tus aliadas. Y la falta de organización tampoco. Tener un plan de acción va de la mano con esto de empezar a hacer algo por tu sueño.

Un cuarto elemento fue el tema del esfuerzo y la dedicación. No quiero decir que todo lo que consigamos se tiene que hacer con esfuerzo y si no lo hay no vale la pena. No, esa también era una creencia que tenía. Pero tampoco es, como diría mi padre, “soplar y hacer botellas” (como si hacer botellas de vidrio fuera fácil). Hay sueños que requieren esfuerzo y tiempo por nuestra parte, y en algunos casos, sacrificios. En mi caso, el esfuerzo fue ponerme a escribir a las nueve de la noche cuando los niños se dormían y quedarme despierta hasta las doce aún sabiendo que al otro día tenía que estar a las siete en pie. Si a eso sumamos que el pequeño se despertaba varias veces en la noche para mamar, puedo decir que el esfuerzo fue enorme. Aún así, lo disfruté y no lo cambiaría por nada del mundo. Hoy sé, por activa y por pasiva, que el deseo tiene un costo y que no por ello deja de ser un deseo.

Por último y no menos importante, se trata de un asunto que me fascina: arriesgarse. La mayoría de las personas no toman decisiones importantes sobre sus sueños porque temen arriesgarlo todo. Tal vez mi ejemplo del libro no parezca muy riesgoso, no tanto como el viaje que hice sola por el Sudeste Asiático, tras renunciar a mi trabajo; o la mudanza a Mallorca hace dos años o el retorno a vivir a Madrid hace dos meses. Aún así, dedicar horas a escribir un libro, contratar a una editora, posteriormente a una maquetadora, y finalmente una imprenta, conlleva riesgos. Estaba el tema económico, por un lado, porque yo no podía garantizarme que recuperaría el dinero invertido en cada profesional que intervino en la creación y publicación del libro. También el asunto del tiempo dedicado, que aunque posteriormente me di cuenta que era tiempo disfrutado, hubo etapas en las que dudaba y pensaba “¿Para qué estoy haciendo esto si es posible que nadie quiera leerlo? Podría estar ahora acostada descansando viendo tranquilamente una serie o leyendo un libro”. Ni qué decir tengo que hasta pensé que estaba descuidando la familia y eso para mí era un riesgo enorme. ¿Podía salir mal? Sí, podía. Igual que todas las cosas que hice en mi vida. Y aún así, las hice, porque me movió el deseo.

Entonces ¿Qué necesito para cumplir mi gran sueño?

Si siempre has soñado o deseado estudiar algo que te apasione, viajar a un lugar determinado, publicar un libro o lo que sea que sientas que es tu gran sueño, seguro que ya tienes alguna pista de qué necesitas. Si no es así, este podría ser un paso previo para empezar a tomarte el sueño como algo posible a conseguir, como una meta.

Para mí, fueron necesarios un par de procesos de coaching personal para dar los primeros pasos de ponerme a escribir, y unas cuantas consultas de psicoanálisis para dar el paso final de publicar, además de las profesionales mencionadas (editora, maquetadora, diseñadora, imprenta). 

Cuando pienses en los recursos que tienes y los que necesitas para cumplir tu sueño (sean cosas o personas) te irán apareciendo obstáculos, amenazas, oportunidades, etc. Y seguramente entren en juego las creencias limitantes de las que hablaba antes, la claridad sobre el fin o el ‘para qué’ de lo que estás buscando, las excusas para no pasar a la acción, el tema del esfuerzo y la dedicación, y hasta el asunto del riesgo. 

Todo esto, hará que en algún momento, la fuerza de voluntad y la actitud positiva no te sirvan para nada. Bueno, no voy a ser tan drástica, puede ser que influyan un poco, pero todos los otros condicionantes pueden pesar más y echar a la cama la fuerza de voluntad. Y entonces, aparecerán los que digan “Si no lo consigues es que no era para ti” o “Si no lo consigues es que no lo deseabas tanto”. Ni caso. Hay demasiados condicionantes por el camino como para echarte las culpas o echarlas al destino. Mejor piensa, que si aún no lo conseguiste, es porque todavía hay camino que recorrer, siempre y cuando, tu deseo siga en pie, aceptes los costos, los riesgos, y te lances a la piscina con lo que tengas a mano y sin saber si hay agua.

4 comentarios en “Quiero cumplir mi gran sueño: 5 claves para conseguirlo”

  1. Buenísimo Ro!
    Hay muchos que malinterpretaron el fenómeno psicológico de «La Profecía autocumplida», o efecto «Efecto Pigmalión». Una rápida búsqueda en Google arroja el siguiente resultado:
    «es el proceso que provoca que la expectativa respecto a unos determinados hechos futuros concretos aumente la probabilidad de que estos hechos ocurran.»
    Esto funciona tanto con hecho positivos como negativos. La palabra clave aquí es «probabilidad». Pensar que algo sucederá no te garantiza que eso suceda, pensar «más fuerte» no incrementa las posibilidades, tampoco rezarle al Dios «Universo».
    Esto lo único que hace es cambiar «tu actitud» 🙂 Si piensas que lograrás algo es más probable que trabajes en ello, que te esfuerces más, que los demás te apoyen, etc… Exactamente lo contrario si piensas que no lograrás algo.
    No hay magia aquí, simplemente un efecto psicológico de los cuales algunos autores se han apoderado y han hecho un gran negocio.
    Me alegra que hayas dado una visión más realista de lo que se necesita para alcanzar tus sueños, o tus metas, no tienen porqué ser solo sueños, puede ser metas más simples como aprender a hablar en público o conseguir un trabajo en particular.
    Éxitos!

    1. Tal cual. Ayuda la actitud y predisposición pero no lo es todo. Y efectivamente como bien decís, puede tratarse de metas más simples. Lo de hablar en público es complejo. Hay técnicas y cursos sobre el tema pero hay quienes no lo consiguen hasta que desbloquean algo interno, a veces las causas de su impedimento o miedo a hacerlo. La mente humana es muy interesante. Un abrazo

  2. Hola Romi, qué gusto leerte. Muy interesante el relato Romi. Como siempre tan precisa y motivadora a la vez. Felicitaciones por tu libro!
    Un abrazo fuerte desde Argentina

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *